Consiste en una oxidación de la superficie de la lámina que se consigue mediante descargas eléctricas, y  que permite obtener una tensión superficial adecuada para el correcto anclaje de las tintas de impresión.

El nivel de tensión superficial mínimo depende del tipo de impresión que se vaya a realizar, siendo por ejemplo de 39 dinas/cm para una serigrafía convencional, de 40 dinas/cm para una serigrafía con tintas UV o de 42 dinas/cm para una impresión offset UV.

Como norma general, se garantiza una impresión offset UV durante 3 meses posteriores a la fecha de fabricación de la lámina y una impresión serigráfica durante 6 meses.